Con 11 años estaba viendo una película en la que sonaba una música con mucha rabia y me llamó la atención. Era un film de pandilleros de guettos en una gran urbe estadounidense pero no tenía ni idea de qué estilo de música era. Al día siguiente cogí mis ahorros y fui a una tienda de discos a buscar un CD cuya portada tuviera a unos tipos con las pintas de los pandilleros de la película, con la esperanza de encontrar algo con un sonido semejante. Al final encontré lo que buscaba y corrí a casa para ponerlo en el discman, el subidón de adrenalina fue tremendo: tenía la hostia musical que anhelaba.
Con el tiempo fui comprando más CD’s del estilo, al principio siempre guiado por las portadas, después con la llegada de internet y algún colega de gustos parecidos, me enteré de que se llamaba «Rap» y pude catar la música antes de en el mejor de los casos comprarla y ahorrarme disgustos como cuando gastaba mis modestos ahorros siempre en CD’s comprados a ciegas.
Desde que se juntar letras escribo diarios y poemas, así que al escuchar Rap me puse a escribir letras como desahogo en la confusión de la adolescencia. Me enamoró del Rap la cantidad de cosas que pueden decirse en sólo una canción y me di cuenta de como muchas no se contaban apenas, cuestiones muy importantes y trascendentales que ya por entonces me preocupaban como las injusticias, de hecho mi primera letra de rap la titulé: «tanta injusticia me desquicia». Con 13-14 años en un concurso musical de un instituto vecino en el que participaban compañeros de clase, expropié del aula de música un radiocassete con entrada para enchufar un micro y grabar. Me fui a casa huyendo con el aparatejo que cambiaría mi vida y al llegar fui rápido a comprar el primer micro cutre que viera. A partir de ahí fui grabando improvisaciones y letras a modo de prueba hasta que a los 15 grabé algunos temas en un ordenador que no colgué en internet pues no fue hasta los 17 cuando decidí que había llegado el momento de subir algo: mi primera demo «Esto no es el paraíso» (en referencia a como el ayuntamiento pintaba y pinta esta ciudad) y «Miedo y asco en Ilerda»
Después vinieron otras maquetas grabadas de forma bastante precaria. Resalto entre todas: Cuando el tiempo no nos tocaba las ilusiones, Se lo vomité al viento mientras ella se drogaba con otro, Polvo y ceniza, Un café con Gudrun Ensslin, Canciones supervivientes al registro policial y Escribiendo con Ulrike Meinhof.
Actualmente ando haciendo conciertos por todo el Estado y grabando nuevas canciones. Y digo por el Estado porque me han salido algunas cosas fuera de este pero por orden de la Audiencia Nacional se me impide salir, así son los «demócratas»
Iré poniendo novedades por aquí, podría expandirme más en la biografía pero este es el resumen.
Salud y Revolución.